El término coaching proviene del anglicismo “to coach” que significa entrenar, y tuvo sus orígenes hace más de cuatro décadas en Inglaterra, pero fue en Estados Unidos donde ganó su reconocimiento al ser implementado en el área deportiva, pues es tradicional en este país que cada deportista cuente con un coach.
En el ambiente organizacional y personal se ha definido como el proceso mediante el cual el entrenador o coach de la mano con los colaboradores, buscan estrategias y caminos eficaces para alcanzar metas y objetivos usando como insumo primario los recursos y habilidades propias de cada integrante del equipo de trabajo.
Con base en lo antes mencionado y pensando en el éxito de las organizaciones y su permanencia en el mercado competitivo actual, se hace necesario centrar los esfuerzos en fomentar las competencias y habilidades del talento humano, de tal forma que puedan ser alineados con los propósitos y metas de la empresa. Ante lo cual, el coaching se posiciona como una herramienta de interacción organizacional que tiene como objetivo mejorar los niveles de rendimiento de los colaboradores y sus equipos, a fin de alcanzar la efectividad en los procesos mediante el desarrollo de relaciones basadas en la confianza, las responsabilidades y el cumplimiento de las tareas de los funcionarios.
Por tanto, la planeación de un futuro organizacional próspero, el reconocimiento del estado actual de todos los colaboradores de la empresa, el cambio de hábitos, creencias y conductas además del fortalecimiento del ambiente laboral interno y externo hacen que el coaching sea necesario a la hora de promover una nueva cultura orientada en el trabajo en equipo y en una visión compartida para el progreso y desarrollo de metas personales y empresariales.
En otras palabras, el coaching contribuye a las organizaciones mejorando el rendimiento de los colaboradores, desarrollando su potencial, en las relaciones líder – colaborador, facilita la motivación y refuerza la autoestima. Visto desde la importancia de los beneficios son más las organizaciones que hoy día implementan esta cultura en su estilo de dirección.
Cabe aclarar que el coaching como herramienta para el cambio en la manera de pensar de los colaboradores debe ser desarrollada o adaptada a cada trabajador, pues no todas las personas son iguales, lo que determina que el vínculo comunicativo coach- colaborador se articule de acuerdo a las necesidades personales y organizacionales. Siendo una de las premisas del coaching que los colaboradores se desempeñan mejor cuando actúan teniendo en cuenta sus propias necesidades y deseos, esto nos lleva a decir que las organizaciones con mayor éxito son aquellas que piensan en el desarrollo de su personal como estrategia consciente de la construcción de un mejor ambiente laboral.
Estas nuevas tendencias han hecho que las organizaciones dispuestas a crecer vean a su personal como el recurso más importante y busquen capacitarlo y desarrollar sus competencias para que laboren de forma motivada y orientada a los resultados. Sin embargo, el coaching como herramienta de desarrollo humano agrega otros elementos importantes a la relación organización- colaborador tales como como: metas, sueños, bienestar y valores, tanto en su labor como en su vida diaria.
Así pues, el coaching es un instrumento organizacional y personal que bien orientado busca reconocer y aumentar la inteligencia, control y responsabilidad de los colaboradores sobre su vida y desarrollar sus talentos y fortalezas como insumo fundamental en el crecimiento de las organizaciones.