En varios escritos hemos analizado diferentes posturas sobre cómo las organizaciones pueden ser más competitivas y adaptarse con facilidad al mercado global, y cómo el recurso humano es prioritario en ese objetivo. Sin embargo, esta vez queremos enfatizar en cómo la actitud del colaborador resulta ser decisiva en el camino del éxito organizacional, entendido esto último como la capacidad para proyectar y vender la empresa cuando es necesario, en otras palabras una actitud comercial propia del quehacer laboral y de los miembros de la compañía.
Las actitudes pueden ser entendidas desde la complejidad y particularidad de cada ser humano como los hábitos de sentir, ver, relacionarse y comportarse de acuerdo a los valores propios de cada quien y que se van perfeccionando y adecuando a través de las experiencias de vida, educación, formas de actuar.
La actitud es fundamental en la relación del ser humano con el ambiente.
Expertos en la materia clasifican la actitud de manera positiva o negativa, vista y entendida desde un estado psicológico que permite enfrentar un desafío complejo como una venta, disminuyendo los estados de ansiedad y los sentimientos que dificulten cumplir con las metas.
Una actitud positiva prepara al colaborador para enfrentar las tareas comerciales, pues esto permite desarrollar el entusiasmo y motivación necesaria para afrontar los retos a pesar de las múltiples dificultades del día a día, dicho de otra forma, una actitud positiva es el mejor entrenamiento para prepararse a vender más y mejor.
Una actitud ideal para vender es aquella que se fundamenta en el optimismo, entusiasmo, confianza al cliente y es generadora de relaciones a largo plazo más allá del cierre de la venta. Pero hay que entender que el colaborador como ser humano en muchos casos decae en sus estados anímicos por situaciones internas o externas, lo que hace que se deba trabajar continuamente en el fortalecimiento de una buena actitud personal y comercial.
Existen personas que tienen una actitud negativa frente a la vida y la trasladan a sus labores, pues piensan que todo lo que les pasa es malo a pesar de que consigan logros importantes como una venta exitosa, evitando tener una actitud positiva porque perciben y sienten inseguridad por los métodos, compromisos y palabras usadas en el momento de la venta, son anticipadores de los problemas del futuro.
Tener una actitud de derrota antes de iniciar la venta o en el transcurso de la misma es otro factor que dificulta el éxito del proceso comercial, pues a veces un NO, se convierte en un factor diferencial y de mejora para próximos encuentros, se cambian las prioridades y se busca no solo hacer la venta rápida sino establecer una relación duradera con un cliente que más adelante se puede convertir en un excelente logro comercial. Lo más importante es no rendirse y prepararse cada día mas para ver las posibilidades y oportunidades que nos ofrece el mercado.
En una actualidad agobiada por los problemas y los quehaceres del día a día, una actitud positiva caracterizada por una buena energía resulta ser contagiosa, una carga de emociones que invita a realizar las cosas y asumir nuevos retos para el desarrollo y evolución de los colaboradores y la organización, que a su vez en términos reales podría reflejarse en cómo una persona motivada contagia a su cliente y lo lleva a asumir la decisión de compra con mucho agrado.
Lo más importante no es tener un equipo comercial lleno de conocimientos y aptitudes hacia las ventas, lo relevante es desarrollar una actitud ante la vida en los colaboradores para que entiendan que en eso se encuentra la verdadera esencia del éxito comercial, sin desconocer que la capacitación y preparación son factores intrínsecos a la hora de la acción como tal. Una relación donde las actitudes, aptitudes y conocimientos se convierten en una sola para cumplir con el objetivo de vender y generar los resultados esperados.
Un colaborador que no se siente contento con su vida, o que pasa gran parte de su tiempo protestando y quejándose por todo lo que le sucede y rodea, no podrá llegar a ser un buen comercial, tener una actitud enfocada a vender exige estar medianamente satisfecho con las cosas que nos rodean y con nuestra realidad individual. Cabe destacar que las organizaciones que deseen proyectarse en el sector comercial debe incluir dentro de los requerimientos de selección de personal aspectos relacionados con satisfacción emocional, felicidad y manejo adecuado de conflictos personales, porque de no tomar en cuenta estos factores la compañía estará en constante conflicto con el colaborador por sus problemas personales y necesidades insatisfechas, situación que terminará viéndose reflejada en el rendimiento y obtención de metas – resultados.
Una actitud positiva ante la vida es un buen principio a la hora de poder superar las dificultades y contratiempos del momento de una mejor forma, sin perder energía en la solución de los mismos.
La realidad de la vida no es el idilio ni la perfección, pero lo que sí puede ser distinto es la actitud con la que enfrentamos los conflictos personales que afecten mi desempeño y resultados organizacionales, en ello está el factor diferencial de una persona exitosa y con cualidades comerciales.
Es cierto que existen muchos cursos que ayudan a desarrollar las habilidades comunicativas de los equipos comerciales y que mejoran sustancialmente las destrezas a la hora de realizar la venta, también es correcto que es más sencillo realizar ventas a personas que desean acceder de forma natural a nuestros productos, pero en la actualidad la actitud comercial es fundamental a la hora de proyectarse laboralmente y obtener mejores beneficios es por eso que artículos como éstos son invitaciones y descripciones temáticas para comprender la importancia y relevancia de contar con equipos de ventas preparados de manera integral y con un objetivo común; sacar adelante la organización.