En el mundo empresarial y en los diferentes momentos del quehacer laboral, el término capacitación viene transformando la forma en que se concibe el trabajo y cómo logra ser una ventaja competitiva al incluirlo en el día a día de las organizaciones.
La capacitación se puede definir como los métodos que usan los colaboradores o personas para desarrollar sus habilidades dentro de la organización. Conocimientos de diversos tipos que buscan aportar a la consecución de metas y resultados.
Es necesario entender que la capacitación debe ser vista desde la perspectiva de una cultura organizacional, fundamentada en una planeación estratégica como herramienta de productividad y calidad en el trabajo, una transformación que no solo beneficia al empleado sino que también apunta a compañías más competitivas y acordes al mercado.
Las necesidades de capacitación nacen de la relación entre lo que debería saber el colaborador para desarrollar su tarea y lo que realmente sabe, diferencias que se ven reflejadas en procesos como la evaluación del desempeño y de gestión del talento humano.
Cabe decir que hoy en día las organizaciones han cambiado su funcionamiento, desde redefinir la concepción de los puestos de trabajo estáticos a dinámicos hasta un recurso humano más preparado para desempeñarse en la organización.
Aunque cada vez que se piensa en capacitación se busca mejorar la productividad de las compañías vale la pena decir que este concepto tiene importantes efectos sociales en los colaboradores, pues los hábitos, habilidades y competencias que se adquieren ayudan no solo a perfeccionar las funciones laborales sino las de su vida.
La capacitación permite que los colaboradores más antiguos se mantengan a la vanguardia de los nuevos procesos de renovación organizacional tanto del mercado como de la empresa, y que los nuevos reconozcan los antecedentes y elementos propios de su rol dentro de la compañía.
El mercado actual exige que sus colaboradores tengan la habilidad de adaptarse de forma rápida a los cambios sociales y a las exigencias propias de su rol, situaciones como la tasa de empleo y mortalidad, el incremento de población con título universitario, los avances tecnológicos y generalmente los constantes cambios de las actividades comerciales y ventas, exigen disminuir la tasa de rotación de las compañías y permiten fortalecer procesos internos de capacitación para sucesores de roles y funciones.
Es claro, que invertir en capacitación excede los beneficios para las personas entrenadas al igual que para la compañía, siendo una relación que contribuye directamente a crear mercados mucho más competitivos y abiertos a nuevas tendencias de desarrollo empresarial.
Capacitar no es cosa de una sola vez sino de un proceso continuo en búsqueda de la mejora de los conocimientos y habilidades de los colaboradores, un proceso planeado y coherente con las necesidades propias de cada compañía y apuntando al crecimiento organizacional y personal de cada uno de los miembros de los equipos.
Una de las funciones claves de la administración y la gestión del personal es la capacitación y por eso se convierte en un proceso transversal que debe operar de manera articulada con el resto del sistema de la compañía para mejorar el desempeño de las personas y la eficiencia de la empresa.
El talento humano es lo más importante para la organización, pues es a través de su desarrollo personal y laboral que la compañía logra asegurar su futuro y proyección en el tiempo. Cabe anotar que la capacitación organizacional hace parte de las responsabilidades que tiene la empresa con sus empleados.
Podemos decir, entonces, que la capacitación organizacional puede ser entendida como una importante herramienta para cumplir la misión de la compañía pues aporta directamente a satisfacer las necesidades reales de la empresa con competitividad. Siendo un personal capacitado y orientado la mayor ventaja competitiva en el mercado y un elemento diferencial frente a la competencia directa.
Una cultura organizacional no puede ser concebida sino se toma en cuenta la capacitación como herramienta fundamental, además de ser un proceso continuo y sistemático que busca incrementar la productividad, es necesario el compromiso decidido de jefes y directivos, además de un clima acorde y enfocado en el desarrollo del talento humano como insumo primario de la compañía.
La capacitación vista desde una visión integral permite fortalecer un verdadero compromiso con la productividad y la gestión de la calidad tanto en lo organizacional como en lo personal.
Por lo tanto, uno de los más grandes desafíos de los empresarios y líderes de las organizaciones en la actualidad es lograr contar con un equipo de colaboradores interesado, comprometido y capacitado que responda a las necesidades del cliente y a las tendencias del mercado laboral buscando obtener un máximo de rendimiento y resultados.
Una buena gestión del talento humano enfocada en la capacitación es un elemento de gran importancia a la hora de pensar en el éxito o fracaso de la organización, pues como lo hemos mencionado con anterioridad un personal sin preparación y actualización no aporta al crecimiento, desarrollo y progreso de la empresa, de allí que sea necesario ver al talento humano como un recurso que agrega valor a largo plazo.